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en Mazatlán, Sinaloa, una ciudad cálida no solo por su clima, sino también por su gente. Desde pequeña tuve la fortuna de
estudiar y trabajar, algo que me enseñó disciplina, empatía y visión
desde muy temprano.
Mi camino profesional no fue lineal. Comencé estudiando Comunicación, luego Lengua Inglesa, y aunque cada carrera me dejó aprendizajes importantes,
aún sentía que faltaba algo. No fue hasta que llegué a Mercadotecnia y Publicidad que descubrí lo que realmente me apasionaba:
combinar la creatividad con la estrategia para conectar con las personas.
Durante mis años de estudio también trabajaba. Lo hacía para ganar experiencia, pero también porque siempre supe que quería formar mi propio camino. Fue así como nació Party Time, mi primer emprendimiento: una agencia dedicada a organizar piñatas y fiestas infantiles temáticas, donde mis clientes podían simplemente disfrutar del momento mientras yo me encargaba de todo. Ofrecía decoraciones, artículos personalizados e incluso picnics escolares. Aprendí a liderar, a vender, a gestionar clientes y proveedores.
Party Time fue un gran paso, pero también un ciclo que cerré con gratitud cuando los tiempos y prioridades cambiaron.
conocí a mi esposo. Nos casamos y nos mudamos a Hermosillo, donde continué combinando mi vida profesional con la personal. Emprendí un nuevo negocio llamado CY Beauty, que además de cumplir un sueño, me permitió expresar otra parte de mí.
Siempre me ha gustado ver y sentirme bien, y descubrir cómo ayudar a otras mujeres a sacar su mejor versión fue algo que me marcó profundamente.
No solo administré el spa, también me formé como maquillista profesional y aprendí a poner uñas, todo para poder estar al frente, con mis clientas, compartiendo lo que tanto me apasionaba. Fue un tiempo de muchísimo crecimiento. A la par, me convertí en mamá, y comencé a equilibrar mi maternidad con la vida empresarial. Con la llegada de mi segundo hijo, tomé una decisión importante: traspasar el spa y, junto con mi familia, mudarme a CDMX.
En la capital, apoyé a mi esposo en su crecimiento profesional, y él, a su vez, me impulsó a seguir especializándome en el mundo de la belleza. Fue ahí donde nació mi deseo de crear una línea de maquillaje vegana, ética y consciente. Pero como a muchos, la pandemia en 2020 cambió por completo mi rumbo.
Una empresa que nació un 1 de octubre de 2020 para ayudar a negocios cerrados por la pandemia a digitalizarse, ofreciéndoles tiendas en línea que funcionaran 24/7. Lo que comenzó como una solución para pequeños negocios creció rápidamente, y empecé a trabajar también con grandes empresas, desarrollando integraciones tecnológicas y soluciones a la medida.
TICA me abrió puertas: conexiones con otras emprendedoras, sinergias con grandes marcas y relaciones con cámaras empresariales. Me acerqué a comunidades que comparten valores como colaboración, visión y crecimiento sostenible. Actualmente, soy Presidenta electa de Ejecutivos de Ventas y Mercadotecnia de Mazatlán (2025–2026) y además funjo como Tesorera de la Comisión de Jóvenes Empresarios de Coparmex, donde impulsamos a nuevas generaciones, apoyamos causas sociales y promovemos el desarrollo de líderes emprendedores.
Hoy sigo en constante formación. Estoy estudiando una Maestría en Business Analytics para fortalecer mi visión estratégica y guiar decisiones basadas en datos. También termine de certificarme como Diamond Speaker, porque sé que comunicar con impacto es parte fundamental de cualquier transformación.
Mi historia está hecha de saltos de fe, cambios inesperados, aprendizajes, retos, y sobre todo, de mucha pasión. Soy empresaria, mamá, esposa y soñadora. Y aunque he recorrido varios caminos, todos me han traído hasta aquí: a este momento donde me abrazo como soy y continúo construyendo mi mejor versión.
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